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Equipos y reactivos de laboratorio- DROGUERIA GD

Citometría de flujo: tecnología clave en el diagnóstico clínico

Cada célula de nuestro cuerpo contiene una historia única que puede revelar información crucial sobre nuestra salud. En el diagnóstico de enfermedades como la leucemia o las inmunodeficiencias, es esencial analizar con precisión miles de células en cuestión de segundos. Para ello, la ciencia ha desarrollado tecnologías que permiten identificar características celulares invisibles al ojo humano. Una de las herramientas más avanzadas y revolucionarias en este campo es la citometría de flujo.

La citometría de flujo es considerada una de las herramientas más avanzadas en el análisis celular, la citometría de flujo estudia de forma rápida y simultánea múltiples propiedades de células individuales en suspensión. A diferencia de otros métodos que analizan tejidos completos, permite observar a nivel celular parámetros físicos como el tamaño o la complejidad, y parámetros químicos como la expresión de proteínas específicas.

Este tipo de análisis se realiza con un equipo automatizado llamado citómetro de flujo, que utiliza rayos láser para estudiar las células. En la práctica clínica, puede utilizarse para clasificar tipos celulares, identificar alteraciones inmunológicas, detectar enfermedades hematológicas y monitorizar tratamientos, entre muchas otras aplicaciones.

Consta de varios componentes que trabajan en conjunto: el flujo de células en suspensión se alinea en un canal estrecho por el que pasan una a una. Al pasar por un láser, cada célula genera señales ópticas que son captadas por detectores y convertidas en datos por software, lo que permite representar la información mediante histogramas, diagramas de dispersión y gráficos multivariados.

El proceso técnico está cuidadosamente diseñado para garantizar que cada célula sea analizada individualmente, sin interferencias ni errores de interpretación.

Todo comienza con la recolección de la muestra biológica, que puede ser sangre, médula ósea, tejidos desagregados, cultivos celulares, entre otros. Una vez recolectadas, las células se preparan en una suspensión homogénea, sin agregados, y se incuban con anticuerpos conjugados con fluorocromos si es necesario detectar proteínas específicas. Luego, las células se introducen en el citómetro, donde un sistema hidráulico dispone las células en una fila utilizando flujo laminar para garantizar que cada célula pase por el punto de análisis de forma aislada.

Cada célula pasa entonces por un haz de luz láser. La interacción entre el láser y la célula genera dispersión de luz y, si hay fluorocromos, emisión de fluorescencia. Las señales ópticas proporcionan información sobre la morfología y el contenido molecular de cada célula.

Los detectores recogen las señales emitidas y las transforman en datos digitales. Mediante un software especializado, los datos se grafican para identificar poblaciones celulares, cuantificar proteínas o detectar anomalías.

El proceso se puede realizar a velocidades superiores a 10.000 eventos por segundo, lo que lo convierte en una herramienta excepcionalmente rápida y eficiente.

¿Qué identifica la citometría de flujo?

La citometría de flujo proporciona una gran cantidad de información sobre las células presentes en una muestra. Gracias a su precisión y capacidad de multiparametrización, se ha convertido en una técnica fundamental en el estudio de enfermedades hematológicas, inmunológicas e infecciosas.

Características físicas de las células

El tamaño celular se determina mediante la dispersión frontal de luz (FSC) , mientras que la complejidad interna o granularidad se evalúa mediante la dispersión lateral (SSC). De esta manera, se pueden diferenciar los linfocitos de los monocitos o neutrófilos, y detectar células inmaduras o alteradas.

Presencia de marcadores específicos

Mediante el uso de anticuerpos monoclonales marcados con fluorocromos, es posible identificar la expresión de proteínas específicas en la superficie o el interior de las células. Esto permite detectar subtipos celulares, conocer su estado de activación o determinar la viabilidad celular, especialmente en estudios de inmunoterapia o trasplantes.

Detección de alteraciones patológicas

La citometría es muy útil para detectar células malignas, como en el caso de las leucemias agudas, donde permite identificar el tipo de blastos presentes. También se utiliza para monitorizar la enfermedad mínima residual tras el tratamiento, un aspecto crucial en oncología.

Además, se utiliza en inmunología para evaluar poblaciones T y B, identificar deficiencias inmunes primarias y secundarias y estudiar las respuestas inmunes a infecciones o vacunas.

Diagnósticos más rápidos, decisiones más seguras

La citometría de flujo ha revolucionado el análisis celular en medicina y ciencia. Su capacidad para estudiar simultáneamente múltiples características de cada célula, con una precisión y velocidad sin precedentes, la convierte en una herramienta esencial para el diagnóstico clínico, la investigación biomédica y el desarrollo de terapias personalizadas.

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