Muchos análisis de sangre pueden realizarse con sangre venosa o capilar. Si no se requieren grandes cantidades de sangre y es posible realizar un análisis con sangre completa, siempre se debe preferir la sangre capilar.
Las razones son:
Centrado en el paciente: La mayoría de los pacientes optan por la extracción de sangre capilar en comparación con otras técnicas. Es más cómoda y menos dolorosa.
Es más sencilla: La extracción de sangre capilar se realiza simplemente con una punción rápida en la yema del dedo, lo cual puede realizar prácticamente cualquier persona en cualquier lugar con una formación mínima. No se necesita un flebotomista ni un médico para obtener la sangre.
Y a veces incluso es imprescindible, como en casos donde las venas de los pacientes son inaccesibles, en pacientes con quemaduras, en neonatos, en pacientes con tendencia a la formación de coágulos, por nombrar solo algunos.
Esto es posible gracias a que las nuevas tecnologías para el análisis de sangre requieren cada vez menos volumen de muestra y pueden realizarse con instrumentos fáciles de usar.
¿CUÁNDO ES CONVENIENTE LA EXTRACCIÓN DE SANGRE CAPILAR?
Actualmente, la extracción de sangre capilar se realiza principalmente en los siguientes casos:
Cuando solo se necesita una pequeña cantidad de sangre. Si no se puede extraer sangre venosa porque, por ejemplo, las venas no son accesibles, como en pacientes mayores, obesos o quemados.
En recién nacidos y bebés, la extracción de grandes cantidades de sangre puede causar anemia o paro cardíaco.
Para minimizar el riesgo en pacientes con tendencia a la anticoagulación.
Además, un porcentaje significativo de pacientes (alrededor del 20%) teme a las agujas y, por lo tanto, prefiere la extracción capilar.
La extracción de sangre capilar ofrece muchas ventajas. ¿Por qué no se realiza con más frecuencia, especialmente si se consideran los riesgos asociados a la venopunción? Estos incluyen daño venoso, daño al tejido circundante, sangrado, trombosis venosa, infección y gangrena, así como paro cardíaco, por nombrar solo algunos. Inicialmente, muchos laboratorista siguen utilizando la toma de muestras venosas, ya que el sistema de laboratorio se basa en el manejo de tubos estandarizados con dimensiones bastante grandes, de 13 x 75 mm o incluso 16 x 100 mm.
Por lo tanto, un cambio en la recolección de sangre capilar, donde solo se obtienen unas pocas gotas, debe ir acompañado de un cambio en el proceso analítico. Ya sea por una transición hacia instrumentos de análisis en el punto de atención o por la proximidad del paciente, o por la necesidad de nuevos conceptos de recolección, estabilización y manejo de sangre capilar.
¿DÓNDE SE DEBE EXTRAER LA SANGRE CAPILAR?
La sangre capilar es fácil de recolectar porque los sitios son fácilmente accesibles: la yema del dedo, el lóbulo de la oreja, la base del talón o el dedo gordo del pie. Al seleccionar el sitio de punción y el tipo de lanceta, se deben tener en cuenta la edad del paciente, la accesibilidad al sitio de punción y el volumen de sangre requerido.
Elija un sitio cálido, sin callos, quemaduras, cortes, cicatrices, hematomas ni erupciones. Generalmente se realiza en la yema de los dedos en adultos y en el talón en bebés.
DIFERENCIAS ENTRE SANGRE CAPILAR Y SANGRE VENOSA
Las diferencias entre la sangre capilar y venosa son mínimas en la mayoría de los casos. Sin embargo, existen discrepancias en los valores de hemoglobina y hematocrito, así como en el recuento de plaquetas.
Es bien sabido que la sangre capilar presenta valores de hemoglobina y hematocrito más altos que la sangre venosa. El agua sale de los capilares durante su paso por ellos y se absorbe posteriormente en las vénulas.
Existen pequeñas disparidades en la glucosa, el potasio, las proteínas totales y el calcio, y se ha informado que presentan diferencias estadística o clínicamente importantes. Con la excepción de la glucosa, la concentración de estos analitos es menor en la sangre capilar.
De igual manera, al realizar una prueba de INR que mide el tiempo de protrombina (coagulación), existe una mayor imprecisión debido a factores preanalíticos, como el tiempo que se tarda en recolectar la muestra e iniciar la prueba.
Limitaciones como estas no son un factor a considerar cuando un laboratorio analiza muestras venosas. Sin embargo, también debe considerarse el método de extracción de la sangre capilar para evitar resultados discrepantes.